Ni delito ni mala praxis

Hoy es un gran día para los amantes de la justicia y de la verdad. La Audiencia Provincial de Madrid ha ratificado el sobreseimiento dictado el 22 de junio de 2007 por el Juzgado de Instrucción número 7 de Leganés del caso de las presuntas sedaciones irregulares en el hospital Severo Ochoa de esa ciudad madrileña. El auto de la AP ordena además que se suprima toda referencia a la posible mala praxis de los médicos acusados de practicar la eutanasia activa en algunos de sus pacientes. A día de hoy la Justicia española cree demostrado que ni Luis Montes ni su equipo han cometido delito alguno, ni tampoco han incurrido en mala praxis en su trabajo.

No sé qué pensarán de esto los energúmenos (apoyados por los concejales del PP local) que al grito de “asesino, asesino“ intentaron agredir físicamente a Montes el día que acudió a prestar declaración a los juzgados leganenses, en septiembre de 2006. La mayor parte de los agresores pertenecían a una asociación llamada AVINESA, cuyos miembros imagino que estarán deseando pedir disculpas por su intolerable actitud.

Luis Montes y los otros médicos afectados han declarado que están estudiando querellarse por injurias contra los que denunciaron que se habían cometido 400 asesinatos con sedaciones terminales a pacientes con cuadros médicos no excesivamente graves. Les animo a que lo hagan, pero les ruego que no se querellen únicamente contra los denunciantes “anónimos” que llevaron el caso a la Inspección Médica y a todos los medios de comunicación, sino que amplíen en lo posible la acción judicial hasta abarcar a los responsables de esta infecta campaña de descrédito de los médicos de Leganés y de la Sanidad pública madrileña.

Me refiero a la presidenta del Gobierno autónomo madrileño, Esperanza Aguirre, y al actual consejero de Transportes e Infraestructuras regional, Manuel Lamela, que fue consejero de Sanidad en la anterior legislatura pepera, y el cerebro de esta inmunda conspiración.

Que no ha habido delito ni mala praxis por parte de los médicos del Severo Ochoa, está claro. Ahora vamos a ver qué delito o mala praxis han podido cometer los urdidores de la trama, los que llamaban “el doctor muerte” al doctor Montes. Me apuesto lo que queráis a que un análisis detenido e imparcial de su práctica política arrojaría una considerable cantidad de porquería.

De momento, ahí los tenéis. No se ponen ni colorados. Son los reyes de la cochambre.

           

P.S.: Aquí podéis ver un exhaustivo documental sobre el caso, “El Severo me duele”.