El pasado fin de semana se reunieron algunos admiradores de Franco en la plaza de Oriente de Madrid, con el consentimiento de las autoridades competentes. Además de soltar las habituales porquerÃas intoxicadoras e indignantes que vomitan los fascistas españoles, el jefe nacional del Movimiento Católico Español y de Acción Juvenil Española, José Luis Corral, creyó conveniente opinar acerca del acusado de la muerte de Carlos Javier Palomino, el joven asesinado hace unos dÃas en el metro de Legazpi. Este militar, presunto homicida de un niño de 16 años, es según Corral ”un verdadero soldado español, un héroe que merece una condecoración“.
Siempre me choca cómo estos tipos consideran que ser un soldado es un estadio determinado en la escala de la evolución humana o algo por el estilo. No quieren darse cuenta de que pertenecer a un Ejército determinado, y más si uno o una es un/a soldado/a raso/a, no es nada más que una manera de ganarse la vida, más o menos discutible, pero no más que eso en todo caso. Por eso hablan del “verdadero” soldado español (se ve que hay soldados “falsos”), una de cuyas caracterÃsticas fundamentales supongo que es tener la capacidad de acuchillar a unos chavales en un vagón de metro, con resultado de muerte en uno de los casos. Aprovecho para hacer hincapié en lo peligrosos que son estos sujetos: tened cuidado con los fascistas. Son extremadamente agresivos y es fácil que pierdan los papeles. Están armados y les gusta pegar y hacer daño fÃsico.
Sea como fuere, el hecho es que las declaraciones de José Luis Corral, alabando la actitud exhibida por el presunto asesinato de Carlos, constituyen una apologÃa de la violencia y animan a cometer asesinatos como el de este jovencÃsimo militante anti-fascista. Decir que acuchillar a varios chicos y matar a uno de ellos es un acto condecorable y heroico es, y creo que al decirlo no me arriesgo con ello, una conducta delictiva en sà misma.
El fiscal debe actuar de oficio. Es absolutamente ridÃculo y perfectamente indignante que en el mismo paÃs y en la misma época a dos dibujantes los condenen a pagar 6.000 euros por injurias a la Corona, y a este desalmado le permitan alabar el asesinato del pobre Carlos.
Mañana hay convocadas varias concentraciones en protesta por este asesinato. La de Madrid ha sido desautorizada, en contraste con las autorizaciones de manifestaciones ultraderechistas de los últimos dÃas, por ejemplo y significativamente la que provocó el incidente que acabó con la vida del pobre Carlos.
Es evidente que hay algo de tolerancia en lo que se refiere a las actuaciones de los fascistas. Y eso no es una buena noticia, porque al fascismo hay que combatirlo con dureza. No con crueldad ni injusticia, pero con inflexibilidad y valentÃa. Si no, apañados estamos.
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